Cada día, los efectos del cambio climático en España son más evidentes. El verano dura hoy cinco semanas más que en 1980. La temperatura ha subido un grado de media en prácticamente todas las ciudades de España. También en el Mar Cantábrico, a razón de 0,24ºC por década. A día de hoy, resulta difícil negar sus graves consecuencias en la biodiversidad.
Es el caso del urogallo, cuya población lleva décadas sufriendo el impacto del cambio climático en el norte de España. Así lo asegura el informe, titulado ‘Emergencia Climática en España’, publicado por investigadores del Observatorio de Sostenibilidad. En él, recuerda que España es una zona muy vulnerable al cambio climático.
El impacto tendrá “graves efectos” en la agricultura, la ganadería, los bosques o las migraciones de las aves. Problemas que repercutirán en el conjunto de la sociedad.
Más allá de otras evidencias, en el caso del Principado, destaca especialmente la amenaza sobre uno de los símbolos de la naturaleza asturiana. Y es que el urogallo ha pasado de estar en peligro de extinción a estar en una situación crítica al existir un riesgo inminente de extinción, ya queha perdido más del 70% de su población en las últimas décadas.
Primer censo en España
El Ministerio de la Transición Ecológica publicó a principios de año el primer censo de la especie en el norte de España. En él, se revelaba que apenas quedaban unos 290 ejemplares, con un escaso número proporcional de hembras, en un área de 350 kilómetros cuadrados de la cordillera Cantábrica.
El impacto también es “fuerte” sobre el urogallo en Navarra, Aragón y Catalunya. En la zona del Pirineo catalán, la disminución de la población ha sido de un 30% en la última década.