El Principado adopta nuevas medidas con la idea de frenar la transmisión del coronavirus y determinar si está habiendo una circulación comunitaria del virus. Esto es: si se están dando transmisiones locales.
El director general de Salud Pública, Rafael Cofiño, y el jefe del Servicio de Epidemiología, Ismael Huerta, han adelantado que se practicará la prueba del COVID-19 a todos aquellos pacientes a los que se pida analíticas para ver si sufren un virus respiratorio y no solo a los casos sospechosos.
También se recuperarán las muestras tomadas a pacientes con infecciones respiratorias de las últimas cuatro semanas y comprobar si hay presencia del Covid-19. El objetivo es comprobar si se ha pasado por alto algún diagnóstico que no tendría por qué tener mayor riesgo asociado.
Sin embargo, no se piensa realizar ningún seguimiento a los estudiantes erasmus retornados de otros países de Europa. Con ellos se seguirá el mismo sistema que con el resto de asturianos. Si no hay síntomas, no se realizará ningún control.
Hasta el día de ayer, el Principado había registrado 93 casos sospechosos de coronavirus. De todos esos, cinco dieron positivo. Las muestras se trasladan posteriormente al laboratorio del Centro Nacional de Microbiología, que realiza una segunda confirmación.
Nuevas medidas
Este miércoles, el Sespa a adoptó otras medidas complementarias con la intención de ralentiza esta trasmisión. El nuevo protocolo limita el número de personas que pueden acompañar los pacientes en Urgencias o visitarlos cuando permanecen ingresados en un hospital.
Y es que tan solo podrán contar con un familiar que no presente ni fiebre ni síntomas respiratorios agudos. Los responsables de cada planta podrán permitir excepciones según crean conveniente.