Dos días ha necesitado el PSOE para alcanzar un preacuerdo con Unidas Podemos. Ambas formaciones han dado el sí a un Gobierno de coalición con Iglesias como vicepresidente.
Así lo han anunciado Sánchez e Iglesias en una rueda de prensa conjunta este mediodía. Pondrían así la guinda a unas negociaciones exprés y discretas entre ambos líderes políticos. Iglesias ya dijo en su día que, de darse la victoria del PSOE en el 10-N, él mismo dirigiría las negociaciones en vez de dejarlas en manos de equipos negociadores.
El líder de Podemos anunció en la pasada noche electoral que el gobierno resultante debería ser de coalición con una representación proporcional a los escaños obtenidos. Iglesias advirtió que no aceptaría ningún veto hacia su persona.
A pesar de las palabras de Sánchez, en las que decía que le costaría dormir con ministros de Unidas Podemos en el Gobierno, los socialistas han dado un vuelco a su discurso. Y es que, desde este lunes, se abrieron a la negociación de una coalición con Iglesias desde el primer momento.
“Lleva mucho tiempo la situación bloqueada en España, por ello hemos llegado a un preacuerdo de coalición”, dijo Sánchez de cara a los medios de comunicación instantes antes de estampar su firma en el documento de preacuerdo para un Gobierno progresista de coalición. Un Gobierno que necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas -algunas nacionalistas- para asegurar la investidura.
Iglesias, leal a Sánchez
Lo mismo hizo Iglesias antes de tomar la palabra. “Tras conocer los resultados del 10- N, lo que en abril era una oportunidad histórica, hoy en una obligación histórica”
“Un Gobierno de coalición progresista que compagine la experiencia del PSOE y el atrevimiento de Unidas Podemos. Es momento de dejar atrás cualquier reproche y trabajar codo con codo para mejorar la vida de nuestros compatriotas”, dijo el líder de Unidas Podemos. Y añadió que “Sánchez sabe que podrá contar con toda nuestra lealtad y que dejaremos todo lo que tenemos en este Gobierno”.
