Un traductor jurado es esa persona que cuenta con la acreditación del Ministerio de Asuntos Exteriores para dar una validez legal a cualquier documento extranjero mediante su sello y/o firma. A pesar de que muchos siguen pensando que solo pasa el papel de un idioma a otro, lo cierto es que es él quien lo hace de ley para los organismos.
Estos títulos, que son necesarios cuando tenemos que realizar algún trámite legal, laboral, judicial, para Hacienda, en la Seguridad Social o de inmigración, tienen que ser perfectamente legibles y pasar por una cadena de procesos antes de que se den por aptos para su uso en el futuro.
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¿Cuáles son los beneficios de contratar a un traductor jurado?
Los traductores jurados en Oviedo se diferencian mucho de cualquier intérprete tradicional y es que ellos son más que profesionales que pasan documentos de un idioma a otro para que la persona que lo ha encargado pueda entenderlo. Con bastante responsabilidad a sus espaldas, conviene que sepamos de la garantía de contratarlos:
Especialización en traducción legal
Un traductor que ha estudiado leyes o que lleva años trabajando con documentos oficiales sabe bien de las palabras que aquí se utilizan. Lejos de redactar de forma convencional, consigue llevar el control total de las frases y el vocabulario con el que hablan los jurados o profesionales del Derecho. ¡Todo resultará más fácil!
Precisión escrita
Gracias a la formación estricta que reciben este tipo de profesionales, consiguen traducir miles de palabras al día por más complicado que les resulte el texto. En la práctica, familiarizados al 100% con los términos, logran ponerlos al idioma receptor casi como si lo hubiese escrito una persona nativa del mismo.
Generan seguridad
Los traductores jurados dan mucha seguridad. Si bien uno convencional podría hacerlo en un momento determinado, cuando hablamos de documentos legales debemos quedar convencidos de que no habrá ninguna palabra que falle. Esto, que solo se consigue con los especialistas, es una de las razones por las que no debes pensarlo dos veces.
Ahorro de tiempo
¿Cuántas veces has delegado la traducción de tu certificado de matrimonio, libro de familia o actas notariales para poco después traerlas de vuelta? Cuando buscamos al profesional indicado la posibilidad de fallo se reduce bastante y, en el caso de los documentos oficiales es el jurado quien tiene que hacerlo.
Ahorro de dinero
Junto al ahorro de tiempo también tenemos un importante ahorro de dinero. Si delegamos el trabajo en alguien que no ha estudiado sobre este tema lo más seguro es que lo vayamos a traer de vuelta y esto, mientras encontramos otra persona que lo haga bien, supone un gasto que seguramente no nos podamos permitir.
Como vemos, los traductores jurados cumplen una función esencial cuando se tratan temas relacionados con esos documentos que no pueden fallar, que determinan una parte de nuestra identidad y/o situación que debe quedar clara para el que lee. Sabido esto, recomendamos que te pongas en buenas manos y saques el aprobado desde la primera vez que lo presentas.