Michel Barnier, el negociador jefe europeo del Brexit, atendió al diario El País y a otros diarios europeos en su despacho de Bruselas. En él hizo un análisis de la situación de la Europa post-Brexit, advirtiendo de que el virus de la ruptura anida en muchas naciones del continente.
“La situación política británica nos obliga a tener paciencia. Ahora somos más optimistas porque por primera vez ha habido un voto positivo sobre el Brexit en el Parlamento británico, con un margen de 30 votos. Cuanto antes se ratifique el acuerdo de salida, mejor, pero no depende de nosotros”, dijo el político francés.
Dicho esto, Barnier teme que buena parte de los británicos y su clase política no hayan comprendido del todo lo que supone salir de la UE. Cree que ahora es cuando empiezan a darse cuenta.
“Creo que en el Reino Unido hay una dificultad para comprender objetivamente todas las consecuencias de la decisión de salir de la UE, del mercado interior y de la unión aduanera”, explicó.
“A menudo, estas consecuencias se han infravalorado y ahora hay una dificultad para asumirlas”, quiso añadir.
Dicho esto, Barnier afronta con entereza los nuevos retos que se le plantean a Europa después del Brexit. Asume que hay herramientas para abordar la salida del Reino Unido de la UE. “Nosotros sabemos el impacto y estamos dispuestos a soportarlo. Pero las consecuencias para el Reino Unido son mucho mayores y les cuesta asumirlo”, aseguró en conversación con el citado periódico.
“El Brexit ha provocado un electrochoque”
Asumiendo que “el Brexit ha provocado un electrochoque”, el negociador jefe de Europa prefiere ver el conflicto con actitud positiva. Entiende que, después de un escenario de ruptura, la unión de los países europeos se ha visto reforzada.
“Ha probado que la unidad es posible. Se logró gracias al sentimiento de estar ante un momento muy grave. Pero también por otros elementos, como el nuevo discurso de EE UU en relación a Europa, el contexto geopolítico del Mediterráneo, el desafío de la emigración”, dijo.
Y es que, en palabras de Barnier, estos retos suponen un “nuevo escenario geopolítico” ha alentado la idea de que “es mejor hacerlo juntos que cada uno por su cuenta”.