Victoria agridulce para el PSOE en las elecciones generales, que baja hasta en tres diputados el resultado de abril. Unidas Podemos también baja, mientras PP y Vox crecen de manera considerable. Especialmente la extrema derecha, que se ha adueñado del discurso radical respecto a Catalunya. Ciudadanos, por su parte, se la pega con una bajada de 47 diputados, algo nunca visto en democracia.
No sorprendió en Ferraz el escrutinio de anoche, donde los socialistas llegaron a asumir una ligera pérdida de representación parlamentaria. Cabe recordar que la intención de Pedro Sánchez al convocar nuevas elecciones era engordar su cartilla para facilitar la gobernabilidad de España. No ha sido así y, ahora, no solo tendrá que entenderse con Pablo Iglesias, también con buena parte de los nacionalistas, si quiere sacar adelante la investidura.
Serían los casos de PNV y ERC, que mejoran sus resultados, al igual que el resto de partidos nacionalistas. Especial mención para EH Bildu, que, con 5 diputados y más del 15% de los votos en las tres provincias vascas, alcanza los mínimos exigidos para conformar grupo parlamentario propio. En el caso de los gallegos, el BNG vuelve al Congreso con un diputado.
De nuevo, unas elecciones en las que todo el mundo gana, en las que todo el mundo merece premio. Al menos de puertas para fuera, donde el PP exigió a Sánchez que recapacite sobre la convocatoria de los nuevos comicios y se haga a un lado para que Pablo Casado pueda ofrecer su propuesta de legislatura.
No parece que Sánchez esté por la labor, convencido de sus posibilidades para conformar un gobierno progresista. Así lo ha dicho frente a su militancia, que imploraba con carteles y consignas un pacto con Unidas Podemos. “Con Iglesias, sí”, rezaba alguna pancarta, en contraposición a los cánticos de abril de “con Rivera, no”.
Y da la sensación de que, ni queriendo, Rivera podría facilitar el desbloqueo político. El batacazo de los naranjas es inaudito en democracia, una caída de 47 escaños que deja al líder de la formación realmente tocado. Es por ello que Rivera ha convocado un Comité Ejecutivo extraordinario para esta misma mañana y pondrá su cargo a disposición de los militantes.
Auge de la extrema derecha
Pero el verdadero vencedor de estas elecciones es Santiago Abascal. El líder de Vox se adueñó del discurso radical de la derecha–planteado por PP y Ciudadanos– respecto a Catalunya. El resultado: 52 escaños para la ultra derecha, que se convierte en tercera fuerza política, y desplome sin precedentes de Ciudadanos. Mientras tanto, el PP se vanagloria con la subida de 22 diputados, aunque siga siendo el segundo peor resultado de su historia.
Habrá que ver si el presidente Sánchez ofrece alguna reflexión al respecto. Buscando mejorar un escenario ya favorable para un gobierno progresista, el socialista ha llevado al Parlamento a la ingobernabilidad, donde la extrema derecha ya es tercera fuerza política. Se convierte así en una de las más potentes de Europa, devolviendo a España ideas franquistas que parecían más que superadas.