La agitación independentista en las calles de Catalunya ha obligado al Ministerio del Interior a tomar medidas para los comicios del 10-N. Según fuentes consultadas por el diario El País, se desplegarán 2.500 agentes de la Policía Nacional y 2.000 de la Guardia Civil, acompañados por otros 8.000 Mossos d`Esquadra para custodiar los colegios electorales.
Una patrulla del cuerpo autonómico custodiará el lugar de la votación en cada municipio de, al menos, 4.000 habitantes. Obligaría a los Mossos a activar su máxima capacidad operativa.
Por otro lado, policías y guardias civiles llegan a Catalunya por goteo. Interior ha rehusado a dar las cifras oficiales, pero fuentes del ministerio sitúan la cifra entorno a los 3.000.
Sin embargo, el Centro de Coordinación (CECOR) de seguridad establecido en Barcelona y participado por miembros de los tres cuerpos, confirman el cálculo de 4.500. “Se ha reforzado desde antes del 1-O y se ha incrementado algo más estos días por las elecciones y por la visita de la Familia Real”, reconocen portavoces de Interior al citado periódico.
Los Mossos ultiman un operativo similar al del pasado año 2017, cuando se aplicó el artículo 155 de la Constitución en Catalunya. Una patrulla, en dos turnos distintos, custodiarán los 2.700 puntos de votación de la comunidad, de principio a fin de la jornada.
Agentes sin poder votar
Algunos sindicatos de ambos cuerpos han presentado quejas por su prolongada estancia en Catalunya tras la sentencia del procés. Los sindicatos mayoritarios —Justicia Policial (Jupol) y el Sindicato Unificado de Policía (SUP)— apuntan que, irónicamente, muchos de los agentes que garantizarán la votación no podrán votar ellos mismos. Y es que los desplazados fueron informados esta semana para reforzar la seguridad, cuando ya no es posible solicitar el sufragio por correo.