En verano es importante proteger el cabello de las agresiones solares, el cloro de las piscinas y el agua del mar, pues lo resecan y lo estropean. Pero durante el invierno tampoco se puede bajar la guardia, ya que el frío, la humedad, el uso excesivo de secadores, así como el uso de prendas para abrigar la cabeza, también juegan en contra de la salud capilar. Te contamos cómo cuidarlo durante estos meses.
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Pelo más sucio
Quizás muchos ignoren que las bajas temperaturas fomentan la producción de sebo y, por lo tanto, uno de los efectos más evidentes es que se ensuciará antes debido a esta cuestión. No obstante, se puede combatir este problema de una manera sencilla. Así, los expertos recomiendan prescindir del agua muy caliente a la hora de lavarlo y optar por un champú seco. De esta manera se evitan los lavados frecuentes.
Electricidad y encrespamiento
Además, el frío obliga a proteger la cabeza con gorros, así como bufandas, que están en contacto permanente con el cabello y pueden provocar electricidad estática y que éste luzca un aspecto encrespado. Se puede cuidar el cabello de este problema empleando un sérum a diario, lo que hará por evitar este inconveniente.
Complementos vitamínicos
También se puede disponer de vitaminas concebidas especialmente para la salud capilar, así como productos que frenan la caída del pelo, como el minoxidil, que ofrece muy buenos resultados entre aquellas personas que se lamentan de una pérdida constante de pelo.
La clave, una buena hidratación
Esta clave debe ser constante no solo durante el verano, sino también con ocasión del otoño y del invierno. Conviene aplicar un champú hidratante, mascarilla y sérum para mantener las cutículas en perfecto estado. Además de aportar brillo al cabello, conseguiremos que se enrede mucho menos.
Por cierto, al rematar el lavado, es aconsejable aclarar el cabello con agua templada.
Atención al secador
Es habitual recurrir al secador durante estos meses, pues ya no es posible su secado a temperatura ambiente. En cualquier caso, no se debe renunciar a su uso, pues ciertas técnicas pueden servir de gran utilidad para contrarrestar los efectos del secador sobre el pelo.
Es conveniente evitar el aire a una temperatura muy caliente, siendo mejor si es aire templado. También se debe procurar no situar el aparato muy cerca del pelo, pues se correrá el riesgo de que se dañe. Cuando estés a punto de concluir el secado, utiliza una temperatura fría, pues así se cerrarán las cutículas.
En definitiva, nadie dijo que lucir una melena bonita, incluso en invierno, fuera fácil. Pero, sin duda, merece la pena el esfuerzo.