Los votos de PSOE, IU y Podemos han servido para abordar la reforma del reglamento que permita que cualquier persona pueda expresarse en asturiano en el Parlamento del Principado. Así se ha acordado este miércoles, permitiendo la consideración de la proposición de ley de IU, sometida a votación este miércoles en la Junta General.
La propuesta salió adelante a pesar de los votos en contra de PP, Ciudadanos, Foro y Vox. Una iniciativa que calificaron de inútil y con la que se abordará la reforma del artículo 11 del Reglamento de la Junta.
La coalición llevó a cabo la propuesta después de que la consejera de Cultura, Berta Piñán, tuviese que presentar el programa de su departamento en castellano. Su intención era presentarlo en asturiano, pero las reclamaciones de PP y Vox echaron por tierra esa posibilidad.
Uno de los principales problemas que encuentran los letrados de la Cámara es la figura del traductor. Podría darse el caso de que algunos participantes en una sesión en la que se emplee el asturiano aduzcan dificultad de comprensión o pidan, directamente, el uso del castellano.
PP y Vox lideran la crítica
“Es una proposición precipitada y chapucera, redactada en términos de confrontación, que divide y crea problemas donde no los había y que no soluciona nada. Es absolutamente inservible y supone un flaco favor a los asturianos y al asturiano”, dijo el Pablo González. El popular recuerda que el asturiano no es una lengua que los diputados estén obligados a conocer.
Por su parte, el portavoz de Vox, Ignacio Blanco, opinó que “esta reforma no sirve para nada”. Lo hizo con una montera picona sobre la cabeza y le entregó otra al presidente Adrián Barbón. Blanco tiene claro que la coalición pretende imponer una lengua minoritaria, “un bable de laboratorio que hablan los señoritos y no se habla en los pueblos”, cuya oficialidad es el “objetivo de los nacionalistas”.