Contratar un seguro de vida es una opción que te dará tranquilidad ante tu temor de morir y dejar a tu familia sin los medios económicos para subsistir. Tendrás la garantía de que con el cobro del seguro, tus familiares podrán resolver, al menos, sus necesidades básicas durante los primeros años de tu ausencia.
Pero antes de contratar un seguro de vida, es aconsejable que busques información acerca de las características y condiciones de este instrumento. Analiza las alternativas que te ofrecen las aseguradoras, y escoge la que garantice que tu familia podrá mantenerse con la indemnización que cobrará tras tu fallecimiento.
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Cobertura del seguro
Una de las preguntas cruciales que debes hacerte antes de contratar un seguro de vida es de cuánto será la cobertura. Ten en cuenta que tu familia ya no contará con los ingresos que te encargabas de proveer. Se aconseja, por tanto, que la cobertura sea por un monto similar o cercano a tus ingresos de cinco años.
Lo importante es que sea suficiente para cubrir las necesidades básicas de tus familiares y para pagar los compromisos como hipotecas, créditos y otras deudas.
La decisión de cuánto quieres que cobren tus beneficiarios dependerá de tus posibilidades económicas para invertir en la póliza. Cuanto mayor sea el monto de la cobertura, más dinero tendrás que invertir. Dependerá también de tus circunstancias familiares. Si tus hijos son pequeños, querrás proporcionales un ingreso que les permita mantenerse por varios años y, además, que alcance para pagar su educación.
Revisa las condiciones
Antes de firmar una póliza de seguro de vida, léela con atención, si es posible, varias veces. Subraya los puntos que no te quedan claros, y pídele a la aseguradora o al intermediario que te los explique. Entender cada una de las cláusulas de la póliza, te permitirá tomar una decisión racional sobre si suscribirla o no.
Analiza cómo se hacen los cálculos de los importes que recibirá el beneficiario, así como las penalizaciones que incluye la póliza. Que te quede claro cuánto dinero recibirá tu familia. También presta atención al plazo para notificar el siniestro ante la aseguradora.
Si el seguro de vida está asociado a una hipoteca como un requisito que te exige el banco, antes de firmar la póliza, lee y analiza las condiciones. Solo firma cuando tus dudas estén despejadas y sepas con certeza que estás contratando un seguro de vida y no otra clase de instrumento financiero.
Compara precios y coberturas
Al contratar un seguro de vida, no te vayas por la primera opción que aparezca en tu búsqueda. Podría ser que el monto de las primas sea atractivo, pero la cobertura esté lejos de satisfacer tus exigencias. Solicita cotizaciones de la póliza de seguro de vida a varias empresas.
Presta atención al comparar tanto precios y tipos de coberturas, y evalúa cuál es el contrato más conveniente siempre en función de tus deseos y presupuesto.
Duración de la póliza
Existen dos tipos principales de seguro de vida que puedes suscribir de acuerdo con la duración de la póliza.
Una opción es contratar un seguro de vida por un tiempo limitado que puede ser de diez, quince o veinte años. Pagas las primas solo por el tiempo establecido en el contrato, pero la cobertura sigue vigente después de que has terminado de pagar. Es ideal comenzar con esta alternativa antes de los 30 años. Así, al llegar a los 50 ya no tendrás que preocuparte por pagar primas y gozarás de una protección garantizada si algo te ocurre.
La otra opción es contratar un seguro de vida permanente, es decir, sin límite de tiempo. Pagarás las primas hasta el día de tu muerte. Esta póliza te da la posibilidad de contar con una cobertura y también con un fondo de ahorros. Pagarás una prima anual o mensual, que incluye la inversión por protección con un monto adicional para ahorro, según las condiciones que establezca la compañía aseguradora.
El rendimiento de lo ahorrado solo podrás disfrutarlo en vida, será accesible mediante préstamos. Si decides eliminar o cambiar el seguro, podrás recuperarlo. A tu fallecimiento, a los beneficiarios se les entregará únicamente el valor de la póliza, no el monto ahorrado.
Informa a los beneficiarios
Al contratar un seguro de vida, nombra a los beneficiarios de la póliza e infórmales que has suscrito el contrato y qué deben hacer si ocurre el siniestro. No ocultes esta información porque si falleces repentinamente y no saben que existe el contrato, no reclamarán el pago del seguro.
Si no incluyes los nombres y apellidos en el seguro, serán considerados como beneficiarios de la póliza los herederos que estipule tu testamento. Esto implica una serie de trámites, por lo que es preferible que los identifiques de forma explícita al contratar el seguro de vida.
En el contrato decidirás qué porcentaje del valor de la póliza recibirá cada beneficiario.
No mientas
No mientas ni ocultes información a la aseguradora cuando vayas a contratar un seguro de vida. Informa sobre tu estado de salud y tus hábitos de vida, por ejemplo, si fumas o bebes, tienes que decirlo. No corras el riesgo de que la aseguradora cancele tu póliza al descubrir que has aportado información falsa o inexacta.
De acuerdo con las condiciones de la póliza, en especial si se trata de coberturas altas, la empresa aseguradora puede pedir una revisión médica como requisito.
Todos los seguros que quieras
Puedes contratar todos los seguros de vida que quieras si tu presupuesto te lo permite. Si está dentro de tus posibilidades económicas, puedes escoger una póliza específica que cubra los gastos de la hipoteca de tu vivienda. O también un contrato adicional que proporcione una cobertura que garantice el pago de los estudios de tus hijos.
Incluye la opción de invalidez
Existen pólizas de seguro de vida que dan la opción de incluir una cobertura por invalidez total y permanente del tomador del seguro.Es una protección que garantiza que tus familiares contarán con recursos económicosen el caso de que quedes incapacitado de por vida, por enfermedad o accidente, para trabajar.