Uno de los testigos claves en el proceso de impeachment contra Donald Trump ha rectificado su declaración, comprometiendo al mandatario neoyorkino. Asegura ahora haber comunicado a un alto cargo ucraniano que su país no obtendría la ayuda económica militar pactada si no investigaba al exvicepresidente Joe Biden.
Un relato que podría confirmar el quid pro quo, hoy por ti mañana por mí, que habría planteado el presidente Trump a su homólogo Volódimir Zelenski. De este modo, obtendría un rédito político de cara a las próximas elecciones del 2020.
Gordon Sondland, antiguo embajador de EEUU para la Unión Europea, modificó, por medio de una carta, el testimonio dado el pasado 17 de octubre ante tres comités de la Cámara de Representantes. Sondland da fe de las sospechas demócatas de que la Casa Blanca chantajeó a Kiev para beneficio político de Donald Trump, lo que podría ser motivo para su destitución política.
“Ahora recuerdo una conversación el 1 de septiembre en Varsovia con el señor Yermak (un asesor del presidente ucraniano)”, reza la carta. Sondland recalcó que la reanudación de las ayudas estadounidenses “no ocurriría hasta que Ucrania realizara la declaración política contra la corrupción que se había negociado durante muchas semanas”.
Reacción en la Casa Blanca
Por su parte, la Casa Blanca ha reaccionado a la transcripción de Sondland, así como a la del antiguo embajador de EEUU en Ucrania, Kurt Volker. Ambas transcripciones muestran que hay incluso menos pruebas para esta farsa de impeachment ilegítimo de las que se pensaba”, asegura la portavoz.
“El embajador Sondland declara claramente que ‘no sabía (y sigue sin saber) cuándo, por qué o por quién se suspendió la ayuda”, comunica Grisham. “También dice que ‘asume’ que había un nexo a la ayuda, pero que no puede identificar a una fuente sólida para esa presunción”.