Jean-Claude Juncker, último activo de la creación del euro y del mercado único, abandona la política después de cuatro décadas en primera fila. El político luxemburgués ha ofrecido una entrevista al diario El País, donde se ha atrevido a valorar la situación política de España, abocada a sus cuartas elecciones en menos de cuatro años.
“Me preocupan las dificultades políticas que vemos en varios países de la UE, entre ellos España. Estoy convencido de que España tiene que recuperar la estabilidad”, dijo Juncker en relación con las próximas elecciones del 10-N. En cualquier caso, el político cree que “se trata de un proceso democrático y eso no se puede criticar. España estuvo mucho tiempo sin democracia así que no me voy a quejar ahora que la tiene”.
En cuanto al auge de la ultraderecha en España, uno de los pocos países que se habían librado de un fenómeno común en toda Europa, Juncker teme que pueda sentar precedentes. “Me inquieta mucho. No tanto el populismo como el riesgo de que las familias políticas asuman las tesis populistas y acaben alimentándolo. Y si se vuelven también populistas, al final la gente vota por el original, no por las copias”, dijo en torno a partidos como Vox.
“Los euroescépticos no me preocupan tanto, porque plantean las preguntas correctas, aunque proporcionen las respuestas equivocadas. Yo mismo lo soy, al menos dos veces al día”, continuó.
Problema secesionista en Catalunya
Junker también quiso hablar de la situación política en Catalunya, aunque prefirió mantenerse al margen del juicio contra el Procés. “No voy a comentar los procedimientos judiciales en marcha en España. Pero no estoy a favor de un nacionalismo estúpido, porque no lleva a ninguna parte”, aseguró.
Lejos de él realizar ningún “comentario contra Catalunya, a la que respeto tal como es ahora”, aunque deja claro que “Europa es un continente pequeño, que está perdiendo importancia económica y demográficamente”.
“Ahora es el 25% del PIB del planeta, pero en unos años será el 15% o el 16%. Y a principios del siglo XX éramos el 25% de la población mundial y ahora somos el 7% y a final de siglo será el 4%. Así que no es el momento de reagrupamientos nacionalistas, sino de unir a los pueblos”, sentenció Juncker, que espera que el nuevo gobierno resultante a partir del 10-N sepa manejar el problema secesionista en Catalunya.