Jornada para olvidar la del Sporting y Oviedo en LaLiga Smartbank. Los rojiblancos, que regresaban al Molinón para redimirse de las últimas derrotas, cayeron con estrépito ante su afición (1-0). No por el resultado, sino por mostrarse sin rumbo durante todo el partido ante el Numancia. Peor fue para los carbayones, que salieron escaldados de su visita al Alcoraz (3-1).
El Sporting volvía a casa con la vitola de equipo irregular, capaz de lo mejor y también de lo peor. Y no se descalzó en ningún momento, incapaz de trenzar una sola jugada en campo contrario. El Numancia estuvo bien plantado, y, conforme pasaban los minutos, más cómodo se sentía en el Molinón.
De nuevo, un error defensivo condenó al Sporting. Poco antes de la media hora de juego, Higinio cazó un balón con la cabeza para introducirla en la puerta de Mariño. Los sorianos se adelantaban en el marcador, haciendo justicia. Aunque el resultado pudo, y quizá debió, ser un tanto más abultado.
Poco ofrecieron los de José Alberto tras la reanudación. Si acaso, algún fogonazo de Manu García que no aprovechó Álvaro. Los minutos pasaron y la efervescencia rojiblanca quedó en nada. El Numancia apuntaló sus líneas y se fue de Gijón con un botín que los sitúa, merecidamente, en los puestos de playoff.
Terror en el Alcoraz
Menos se puede decir del Oviedo, que cayó con holgura ante un Huesca intratable en el Alcoraz. Y eso que salieron a morder los de Javi Rozada, buscando al conjunto oscense en su campo. La primera fue para los ovietistas, por medio de un Borja Sánchez que no acertó a superar a Álvaro Fernández.
Pero la respuesta fue letal. Raba, en dos tiempos, superó a Champagne tras un despiste en el área. No tardaría Mikel Rico en doblar la distancia en el marcador, y el Oviedo se vio noqueado. Si no fuese por el balón parado, Christian Fernández no recortaría distancias con un cabezazo en el interior del área.
Se metió el Oviedo en el partido, pero solo de forma simbólica. Apenas rondó el área de oscense en el segundo período. El Huesca pudo haber engordado el marcador, con dos goles bien anulados a Okazaki. Sería Mikel Rico, de nuevo, el que diese la tranquilidad a los locales al finalizar un gran pase de Ferreiro a diez minutos para el final.