El Madrid tiene un problema con el gol. Tan solo uno en tres partidos es un bagaje a todas luces insuficiente, un mal que sufrió esta también ante el Athletic esta noche. Finalmente, la consistencia de los leones y los palos privan al Madrid de la victoria.
Y eso que salió mordiendo, igual que contra el Barça. El reincorporado Modric, sumado al ya consagrado Benzema, hicieron de todo para superar líneas, pero sin el acierto necesario en los dominios de Unai Simón.
Apostó Zidane por Vinicius y Rodrygo, que volvían al once en competción doméstica. Se dejó ver más Vinicius, que no tardó en hacer de las suyas en área rojiblanca, quedando solo ante el portero tras un gran requiebro. Pero no tuvo olfato el brasileño. No lo está teniendo desde que aterrizó en Chamartín.
Posiblemente ese sea el problema de este Real Madrid. La presión adelantada y el juego vertical lo convierten en un equipo temible, pero más lo sería si tuviese determinación en los últimos metros.
Con todo, el Athletic iba haciendo sus pinitos en tanto que Williams salía al galope. Llegó a marcar Kenan Kodro un golazo en toda regla, pero partió en fuera de juego y el linier no se durmió.
De palo en palo
Movió ficha Zidane en el segundo tiempo, dando entrada a un Jovic que estuvo presente, aunque no llegó a sentirse cómodo en las aguas del Athletic. Poco a poco, el partido embocó en el final. El Madrid siguió bregando, estrellando el balón en el palo hasta en dos ocasiones más, pero la falta de acierto se paga cuando luchas en lo más alto. Y lo está pagando el Real Madrid, que ya suma dos jornadas ligueras sin marcar.