Las fiestas navideñas suelen ser un momento que muchos aprovechan para pasarlo en familia, pero a veces apetece hacer algo diferente a lo habitual. Hoy te traemos cinco ciudades con las que podrás disfrutar como nunca, gracias a 101viajes.
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Los mejores viajes para disfrutar de la Navidad
New York
Comenzamos este repaso por una de esas ciudades mágicas que nunca defraudan, y mucho menos en épocas navideñas. Nueva York empieza a mediados de noviembre a prepararse para las fechas más importantes (y para los turistas), con pistas de hielo temporales, depósitos de abetos y escaparates adornados para la ocasión.
Se podrían completar páginas y páginas sobre qué hacer en Navidad en ‘la ciudad que nunca duerme’, pero vamos a destacar algunos musts. Por un lado, las mencionadas pistas de hielo son una atracción ideal para vecinos y visitantes, que te permitirán disfrutar de esta actividad entre rascacielos. Algunas están abiertas incluso hasta marzo o abril.
Uno de los espectáculos más increíbles es el alumbrado de dos de los árboles más importantes: el de Rockefeller Center y el de Bryant Park. A esto se le unen los innumerables mercadillos navideños que se establecen por las calles y los festivales de música y danza que se dan por toda la ciudad.
Budapest
Nos trasladamos ahora a Hungría para disfrutar de una Navidad realmente increíble. Las Ferias de Navidad son una de las actividades que más turistas atrae (casi medio millón cada año por estas fechas), pero hay mucho más por descubrir. Lo primero que te recomendamos es pasear a la vera del Danubio en uno de los tranvías decorados.
Aquí también instalan pistas artificiales para disfrutar del patinaje, pero hay algo que debes probar sí o sí: las piscinas exteriores de Széchenyi. Este balneario te ofrece la posibilidad de bañarte en aguas templadas incluso en días de mucho frío o nieve, además de poder reservar unos buenos masajes (con cierta antelación, eso sí).
En cuanto a aspectos más culturales, la misa de Nochebuena o ‘El Cascanueces’ de Tchaikovski en el Teatro Erkel son muy interesantes. Por último, no podrás irte de Budapest sin probar la gastronomía local. Desde platos típicos para Navidad hasta postres y dulces de todos los sabores, será una experiencia maravillosa.
Madrid
Pero no hay que salir de nuestro país para disfrutar de un buen plan navideño. En la capital se reúnen miles de personas cada año gracias al buen ambiente que se vive, y que hará de estas fechas un momento todavía más especial. El alumbrado de algunas de las calles principales, como Gran Vía, será el punto de partida de nuestra visita.
Siguiendo la estela de las anteriores, en Madrid también habrá pistas de hielo artificiales, pero cuentan con algo que difícilmente encontrarás en otras capitales extranjeras: belenes. Un paseo por diferentes dioramas te permitirá conocer un poco más la cultura de las miniaturas que sale a recluir en estas fechas.
Además de mercadillos como el de la Plaza Mayor o la Feria de Artesanía, recomendamos las actividades musicales que se ofrecen por toda la ciudad. Los conciertos de Navidad y Año Nuevo son increíbles, como las voces de los protagonistas del Festival de Góspel que se celebra en la ciudad.
Viena
Otra de esas capitales europeas que celebran la Navidad como uno de los eventos más importantes del año. Más allá de las visitas culturales, Viena también nos muestra multitud de estos típicos mercadillos navideños por toda la ciudad. El más grande se encuentra junto al Ayuntamiento, en el Rathaus Park.
Al lado encontrarás una pista de hielo en la que patinar, abierta hasta marzo habitualmente. Más allá de los múltiples mercadillos que puedes encontrar por toda la ciudad, si hay algo verdaderamente destacable es la iluminación y la decoración navideña que puedes observar por cualquier rincón.
Los distritos comerciales como Graben, Kärntne Straße y Stephansplatz tienen muchísima vida y una atención a los detalles exquisita. Solo por poder pasear de noche por aquí, ya merece la pena hacer una visita a la capital de Austria en Navidad.
París
Terminamos nuestro repaso por la ‘Ciudad del Amor’, pero esta vez lo haremos en Navidad y no en San Valentín. Los tonos rojos y verdes adornan toda la ciudad, pero especialmente lo que se conoce como el ‘Triángulo de Oro’: la rue du Faubourg Saint-Honoré, la Avenue Montaigne y Georges V, junto a los Campos Elíseos.
Los escaparates de todas las tiendas se visten prácticamente de magia para recibir la Navidad, y los típicos mercadillos aquí se convierten en verdaderos pueblecitos de madera. Los Marchés de Noël hacen que aparezcan pequeñas cabañas de esquí, ofreciendo crepes, gofres y vino caliente con canela, además de productos artesanales.
Por último, no podíamos dejar de destacar la cantidad de pastelerías que ofrecen chocolate caliente y alguna de sus especialidades. Todo un lujo para sobrellevar el frío del mes de diciembre.