Podría ser un gran avance en la búsqueda de vida extraterrestre. Un equipo internacional de científicos británicos y estadounidenses ha descubierto lo que pueden resultar ser rastros de la existencia de vida en Venus.
Usando el telescopio James Clerk Maxwell en Chile, investigadores del MIT y la Universidad de Cardiff pudieron observar la presencia de una concentración significativa de fosfina en la atmósfera del planeta. Sin embargo, la presencia en grandes cantidades de este gas tóxico incoloro podría constituir una “bio-firma”, es decir, el signo de la presencia de vida. Esta es una de las dos posibles hipótesis, siendo la otra un fenómeno químico aún desconocido.
La fosfina se emite de varias formas. Pero en el estado actual del conocimiento, para que esté presente en grandes cantidades, como sería el caso en la atmósfera de Venus, debe ser emitido por organismos vivos. Estos organismos capaces de emitirlo se denominan “anaerobios”, lo que significa que no consumen oxígeno, como la mayoría de los organismos vivos.closevolume_off
En la Tierra, la gran mayoría son organismos unicelulares como las bacterias, que viven en ambientes anóxicos desfavorables a cualquier otra forma de vida, que se asemejan a las condiciones que experimentó nuestro planeta en sus inicios, hay más mil millones de años.
En 2010, se descubrieron tres especies anaeróbicas multicelulares en la cuenca del Atalante, un lago de salmuera híper salina ubicado en el fondo del mar Mediterráneo. Y el pasado mes de febrero se publicó en la revista científica PNAS un artículo que informaba sobre el descubrimiento de un organismo de 10 células anaeróbicas, llamado Henneguya salminicola.
Por tanto, no se excluye que existan organismos de este tipo en Venus. Sobre todo porque si la temperatura en la superficie del planeta (426 ° C en promedio) y la fuerte gravedad, durante mucho tiempo se ha considerado como el planeta de nuestro sistema solar más capaz de albergar vida.
El famoso astrónomo Carl Sagan había mencionado esta hipótesis ya en 1967. Y recientemente, la atómica Sara Seager del MIT había sugerido la posibilidad de que pudieran existir microbios en la atmósfera sobre la superficie de Venus, contenidos en gotas de agua.