Suerte dispar para los dos representantes del Principado en LaLiga Smartbank. Primero, el Oviedo visitaría La Rosaleda en la tarde del sábado, donde perdió algo más que tres puntos (2-1). Además de verse errores habituales en la zaga carbayona, los de Javi Rozada pierden a Lolo González, expulsado, Mossa, sancionado, y Sangalli por lesión.
Afrontó el Oviedo su contienda ante el Málaga con aire de refresco. Las dos victorias consecutivas ante Albacete y Girona despojaron de toda presión a los carbayones. Pero no fue suficiente para superar a un Málaga que ya empieza a salir del pozo.
Por mucho que del resultado se intuya un encuentro constreñido, nada más lejos. La realidad es que el Oviedo se vio superado en todas las fases del encuentro. Desde el primer minuto, los de Víctor Sánchez del Amo avisaron, por mucho que Champagne se afanara en negar el primer gol.
Llegó en el segundo tiempo, obra de Antoñín, que aprovechó un balón muerto en el área después de un remate de Lombán. El propio Antoñín caería en el área minutos después, dando la puntilla al Oviedo cuando todavía restaba media hora de encuentro.
Sin merecimiento, el conjunto carbayón encontraría un halo de esperanza al que agarrarse, después de que Ibra aprovechase un error grosero de Munir. Quedaban menos de diez minutos, pero el Oviedo ni siquiera rondó el área boquerona, muy superior durante todo el encuentro. Imagen alarmante la del equipo de Javi Rozada.
El Sporting se pega un homenaje
No se puede decir lo mismo del Sporting, que se empachó de goles ante un Zaragoza que aspira a todo (4-0). Ahora también lo hacen los rojiblancos, que tienen los puestos de play-off a tiro de piedra.
Ya en los primeros compases se respiraba un aroma especial en El Molinón. A los tres minutos, Isma Cerro culminaba una gran jugada de Manu García. No cualquiera, sino un chaval que, 575 días después, deja atrás su grave lesión y levanta un estadio que aún tendría mucho que celebrar.
Aitor García, que vio puerta en dos ocasiones, aprovechó un gran pase de, otra vez, Manu García. Minutos antes, el Zaragoza se quedaría con diez por la rigurosa expulsión de Grippo. A partir de entonces, el partido se hizo cuesta abajo para los rojiblancos. Aitor de nuevo y Álvaro Vázquez, sobre la bocina, se unirían a la fiesta del Sporting, que se gana el derecho a pensar a lo grande.