Pleno para los tres grandes de LaLiga. Sobre todo, en los casos de Real Madrid y Barcelona, que pasaron encima de Eibar y Celta, respectivamente. Uno en Guipúzcoa, y otro en el Camp Nou. Lo mismo da. Cuatro goles en el saco se llevaron los dos, con un Messi estelar que, firmando su primer hat-trick en lo que va de año, calca dos libres directos para enmarcar.
Tenía que ser el argentino quien devolviese la calma a las aguas azulgranas (4-1). La Pulga adivinó el partido desde el primer minuto, desplazándose a la sala de máquinas, donde encontró la zozobra del Celta. Poco pudieron hacer los gallegos. Si acaso en el empate de Olaza, que fue cruelmente neutralizado por la primera falta de Messi. Antes de eso, el propio rosarino transformaría una pena máxima por una mano torpe de Aidoo.
Más de lo mismo en la segunda parte. Messi volvía a ver puerta con otra falta, y Valverde daba a cancha a Dembelé, que salió intrépido y con ideas al verde del Camp Nou. Cuando el partido moría en el final, Buquets se sumó a la fiesta con un disparo al borde del área.
También sonrió el Real Madrid en Ipurúa, con dos tantos de Benzema y otro del Pajarito Valverde, que ahora también marca (0-4). Amén del penalti transformado por Sergio Ramos, ya un experto en la materia, el segundo fue para el francés, que avanza en la lista de máximos goleadores de la historia blanca.
El Atleti se repone ante el Espanyol
El que no tuvo un inicio fácil fue el Atlético. Las primeras partes de los rojiblancos, ya se saben, nunca fueron para enmarcar. Y lo pagaron con un tanto de Darder a la media hora de juego. Saltaban las alarmas en el Metropolitano, por más que Correa acertase a empatar al filo del descanso.
No removió el equipo Simeone, si acaso el espíritu de los jugadores, que salieron bravíos tras la reanudación. En especial, Morata, que se echó el equipo a la espalda para, con un gol y una asistencia, dejar en casa tres puntos que pueden valer oro.