Según el Banco de España, este ha sido un año perdido en la recuperación del déficit público. Aunque no tiene todavía toda la información encima de la mesa, el organismo prevé que el agujero presupuestario de las Administraciones no bajará. La previsión apunta que los datos serán similares a los del pasado año: un 2,5% del PIB de desfase.
La principal razón vendría a ser la escasa aportación del impuesto de sociedades en octubre, cuando, el pasado año, supuso una cifra más elevada. Además del aumento de gasto en empleados públicos y prestaciones sociales.
Pese a que la economía sigue creciendo, este será el primer año en que no desciende el déficit desde 2012. Pedro Sánchez no ha conseguido cuadrar unas cuentas, por lo que, después de cinco años sin acometer las reformas necesarias, Bruselas podría aumentar su presión sobre el Ejecutivo español.
De acuerdo con las estimaciones del Banco de España, el agujero presupuestario rondaría los 30.000 millones de euros, casi el doble de lo que se gasta en prestaciones de paro.
La Autoridad Fiscal ya había advertido sobre la poca probabilidad de que se cumpla con el objetivo de déficit autoimpuesto en el 2% del PIB. Una meta que ya había sido rebajada respecto al 1,3% que indicaba la senda marcada por el Parlamento y el 1,8% que decían los Presupuestos de Sánchez que no fueron aprobados.
Ajuste de las pensiones
Para el año próximo, contando con el gasto ocasionado por las lluvias torrenciales –alrededor de 700 millones de euros– y el ajuste de las pensiones acorde con la inflación, hará que el déficit solo se reduzca hasta el 2,1%. Hasta entonces, las primeras previsiones del Banco de España lo situaban en el 1,8% del PIB.